Chapter
Chapters
Prólogo
En mi sueño
Tráeme a la perra
No luches
Nunca dormiré...
¿Quién eligió esto?
Strip
¡Suéltame!
¿Cómo puedes ser tan cruel?
Quiero que grites
Ninguna mujer ha podido resistirse a mí
Grita mi nombre más fuerte
Llámame maestro
No es una zorra
Tu audacia me excita
Un mundo nuevo
Eso no es chupetón.
Volviendo con su cadáver
Soy tu alfa
Me parece sexy
¿Es tu compañera?
Hago el pedido aquí
Aléjate de mí
Seré libre cuando muera
¿Por qué sigues metiéndote en problemas?
No vamos a dormir juntos
Me has embrujado
Mírame a los ojos
Parece diferente
Estamos siendo atacados
Odio a todos
La rosa
La voy a matar
Aléjate de mis hombres
Dije lo que dije
Serás un hombre triste
No hay palabras sobre esto
Un humano insignificante
Los omegas también son hombres lobo
Tu muerte está en mis manos
Forzado
Es solo un beso
La orden del jefe
No soy su guardián
Vas demasiado lejos
¿Por qué debo responderte?
Estoy feliz de hacer de niñera
Sandro, ¿un monstruo?
Ayudarle a vivir más
Strip, cariño
Concede tu deseo
Morirá pronto
No me dejes morir
Te ayudaré con una condición
Él es mío
Señales mixtas
Piensa en positivo
Ella es la rosa
Heraldo de mala suerte
Luces extrañas
No me estoy conteniendo
Muérdete los labios
Se parece a mí
Qué burla
Ella es fuerte
Quiero irme a casa
Sentimientos extraños
Motivos
El equipo de Black Sandro
con micrófonos
Seré su Luna
Ayúdame
Cuídate para mí
Solo conduce
Prefiero estar vivo
No me mates
Ella no es amiga
Blaze al rescate
Ayuda a Arabella
Te rechazaré otra vez
No me arrepiento
Espero que estés feliz
Forma de lobo
¡Cuidado!
Actuando de forma extraña
Figura negra
Te he echado de menos
Mi corderito
No es esa niña
Reina fénix
Capítulo 91
Capítulo 92
Renuncio
Te puedo ayudar
Haz algo
Tu final está cerca
Te quiero
Tiene que ir
Zoom out
Zoom in
Read with Bonus
Read with Bonus
Renuncio
Sandro soltó un gruñido. Golpeó sus manos contra la pared y clavó sus ojos enrojecidos en Giuseppe. Este último retrocedió hacia la puerta mientras Sandro se acercaba a él.
—¿Qué acabas de decir?
—Yo... yo me voy... —balbuceó Giuseppe. Su respiración salía en cortos jadeos.
A Sandro no le sorpren...