Read with BonusRead with Bonus

¡Suéltame!

—¡Nunca haré eso! —chilló Arabella.

Aunque le apuntaban con una pistola, mostrar su cuerpo frente a él era lo último en su mente.

—¡Me niego a hacer lo que digas!

Sandro se rió. Se levantó de donde estaba sentado y se acercó a ella.

Se quedó frente a ella unos segundos antes de empujarla bruscam...