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Quiero irme a casa

Janice frunció el ceño cuando Allesia despertó. Esta última se sobresaltó y corrió hacia la puerta, tirando violentamente del pomo.

Los enormes ojos azules de Alessia se abrieron de par en par, y jadeaba.

—Me sorprende que aún tengas energía para correr después de todo lo que pasó. ¿Qué eres exactam...