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Parece diferente

Sandro jadeaba.

Sus ojos verde mar se entrecerraron, y hizo una mueca cuando un músculo de su espalda crujió.

—¡Mierda!

Corrió al otro lado de la habitación hacia la esquina, lejos de donde estaba Thalia.

Se apoyó contra una columna y agarró la cadena que yacía en el suelo, la envolvió alrededor...