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Capítulo treinta y cinco

Alexandria

He estado aquí tanto tiempo que ni siquiera recuerdo qué día es. Prácticamente he perdido toda esperanza de que alguien venga a salvarme. Los renegados vienen de vez en cuando a molestarme; dejaron de traerme comida, y cuando traen agua, no se molestan en dármela para beber, solo me ...