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Capítulo 5: ¿No me conoce?

—Punto de vista de Heather

—¡Despierta, dormilona! —le grito a Cami mientras entro en su habitación y le quito las cobijas.

—Sol, sal de mi cuarto —gime ella contra la almohada—. Tú eres la que tiene una cita hoy, no yo.

Pongo los ojos en blanco. La llamé ayer para que me recogiera del hospital, lo que hizo que quisiera saber cada detalle de lo que había pasado. Le conté todo sobre el pequeño y sobre Leo. Me dijo que era una idiota por lanzarme así, pero le aseguré que estaba bien. También le dije que había hecho un trato para reunirme con él hoy, así que aquí estamos, yo tratando de levantarla.

—Vamos, Cami, ¡levántate! —intento de nuevo hacer que se mueva, pero no se inmuta.

—H, vas a volar sola. DÉJAME. DORMIR —exagera rodando sobre su estómago y enterrando la cara en la almohada. Suspiro antes de dirigirme a mi habitación para prepararme. Me pongo mi traje de baño verde de una pieza y busco otro par de gafas de sol, ya que perdí mi par favorito ayer.

Cierro con llave y empiezo a caminar hacia la playa donde conocí a Leo ayer. Me tomó un poco más de tiempo ya que hoy no estaba corriendo. Una vez que estoy lo suficientemente cerca de la cala privada, veo a Luca y Leo ya afuera mirando alrededor. En el momento en que Luca me ve, corre hacia mí. Abro los brazos para él y lo abrazo con fuerza, girándolo. Él se ríe mientras lo detengo y lo coloco en el suelo.

—No sabía si ibas a venir —todavía me sonríe.

—Hice un trato, pequeño —digo colocando mis manos en mis caderas. Él toma mi mano y empieza a caminar de regreso hacia su playa privada. Veo a Leo y le hago un gesto con la mano cuando noto a alguien más caminando hacia nosotros. Honestamente puedo decir que está bien formado, bien tonificado y guapísimo. Dejo de babear y continúo siendo arrastrada por Luca. El dios griego me nota cuando se detiene abruptamente con una expresión de sorpresa en su rostro.

—¡Tú! —dice todavía mirándome como si fuera un fantasma.

—Punto de vista de Xavier

—¡Papá, despierta!

Mi hijo viene corriendo y saltando sobre mí. Después de la tarde de ayer, no volví al trabajo y llamé a mi asistente para informarle que no volvería ni ayer ni hoy. Quería pasar tiempo con mi hijo, pero eso fue breve cuando me dijo que su ángel iba a pasar el día con él. Supongo que conoceré a esta mujer entonces. Gimo sintiendo que salta sobre mí.

—Está bien, Luca, ya me levanté —digo levantando las manos en señal de rendición.

—Vamos, papá, el ángel llegará en cualquier momento —dice corriendo de nuevo fuera de la habitación. Me levanto y me cambio a unos bañadores, poniéndome un par de gafas de sol. Bajo las escaleras y veo a mi hijo ya corriendo afuera. Sonrío sabiendo que mi hijo está tan emocionado, lo cual no es algo común en él.

—Señor, Natasha llamó y dijo que vendría más tarde hoy —dice Tessa mientras me dirijo hacia la puerta trasera. Natasha es una de las mujeres que es increíble en la cama. Ella sabe que no somos más que compañeros de cama, pero me pregunto por qué viene. Asiento con la cabeza a Tessa antes de salir. Veo a mi hijo mirando alrededor con Leo sentado en la arena también mirando.

Miro y noto una figura familiar acercándose a mi hijo. ¡Dios santo! Es la mujer del club. Su cabello está liso y llega hasta su cintura. Lleva un traje de baño de una pieza y aún se ve sensacional. Mi hijo la nota y corre hacia ella de inmediato. La veo extender los brazos para abrazar a mi hijo. Él la abraza con fuerza y la hace girar. Mi corazón se hincha al verlos juntos. Mi hijo está sonriendo de oreja a oreja. ¡Ella es la que salvó a mi hijo! ¿Cuáles son las probabilidades de eso?

Observo cómo ella coloca a mi hijo en el suelo mientras él le habla por un segundo antes de tironearla abruptamente hacia nuestra playa. Comienzo a caminar de nuevo hasta alcanzarlos. Mi hijo no la suelta.

—¡Tú! —digo un poco más fuerte de lo esperado.

—¿Perdón? —su voz suena confundida. Niego con la cabeza.

—¡Ángel, ven a hacer un castillo conmigo! —dice Luca tirando de su mano. La veo sonreírle a mi hijo antes de que corran por la playa. No puedo dejar de mirarla. Es jodidamente hermosa y su cuerpo... las cosas que quiero hacerle. Está jugando con mi hijo y ni siquiera me da una segunda mirada. Es un poco irritante cuando la mayoría de la gente mataría por pasar tiempo conmigo, pero a ella no parece importarle. Su atención está completamente en mi hijo, lo cual me confunde aún más.

—¡Papá, ven a construir con nosotros!

Sacudo la cabeza y camino hacia ellos.

—Lo siento, no creo que nos hayamos presentado. Soy Xavier Sanford —digo extendiendo mi mano para estrechar la suya. Ella me mira y se levanta, extendiendo su mano para estrechar la mía. Tomo su pequeña y suave mano en la mía.

—Hola, soy Heather Drake —dudo en soltar su mano. Heather... un nombre hermoso.

—Quería agradecerte por rescatar a mi hijo ayer —ella retira su mano y la extraño instantáneamente.

—Lo habría hecho por cualquiera, pero de nada —dice sonriéndome. Mi corazón se calienta al ver su sonrisa dirigida hacia mí. Ella vuelve a mirar a mi hijo que está construyendo el castillo—. Te ves un poco familiar. ¿Nos hemos conocido antes?

Sonrío con suficiencia.

—Eso espero, soy dueño de una de las empresas más grandes de esta parte del país.

—No, no es eso.

Mi sonrisa se desvanece. Ni siquiera le importa que le haya dicho que soy rico. No parece afectada en absoluto. ¿Quién demonios no me conoce?

—¿En serio no sabes quién soy?

—¿Debería? —pregunta mirándome confundida. Mi mandíbula cae, realmente no tiene ni idea. Ella agita la mano tratando de recordar dónde me vio, pero no puede recordar—. De todos modos, es un placer conocerte.

—Ángel, ayúdame —dice mi hijo tirando de su mano. Ella se sienta y comienza a ayudar a mi hijo. ¿Cómo es posible que sienta celos de mi hijo de 5 años?

—¿Qué estamos haciendo, pequeño? —¿Pequeño? ¿Le ha puesto un apodo a mi hijo?

—¡Papá, ayúdanos! —dice mi hijo sacándome de mis pensamientos para sentarme a su lado.

La tarde pasa con yo robando miradas a la belleza frente a mí. Ella permanece enfocada en mi hijo, lo cual me sorprende aún más. Descubrí que va a empezar en la Academia Dalton esta semana como una de las maestras. Tendré que llamar a la escuela para que mi hijo sea trasladado a su clase. Continuamos teniendo una conversación educada, pero ella fue muy reservada con la información que quería compartir. Pude notar que tenía secretos, pero planeo descubrirlos. Le conté más sobre mí y no parecía impresionada, lo que me asombró aún más. Pensé que estaría saltando sobre mí, pero no... Actúa como si yo fuera cualquier otra persona. Mi hijo ha estado sonriendo y riendo todo el día, lo cual es otra vista increíble de ver. No puedo creer que él esté tan embelesado por ella como yo. Ella tiene una aura a su alrededor que me dice lo pura que es. No quería que este día terminara.

—¡Hola, sexy!

Natasha.

Mierda.

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