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Capítulo veinticuatro

(POV de Lucian)

Sus palabras me devolvieron a la realidad y me di cuenta de que se había quedado inerte en mis brazos. ¡Mierda! Ya estaba pálida. ¿En qué demonios estaba pensando al beber de ella como si fuera un río? Era humana y, después de unos cuantos sorbos, se quedaría seca.

¡Dios mío! Si mo...