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Capítulo 24

Lo seguí en silencio, mi curiosidad superando con creces mi molestia. No fue hasta que llegamos al ala de la oficina del Alfa y la Luna que me detuve.

—No podemos. No se supone que deba estar allí.

Tenía una ligera ventaja con la Luna después de llevarle flores, y el Alfa ignoraba mi presencia. Pe...