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#Chapter 153 No hay lugar para la paz

Una vez que todo el té fue servido y las galletas se acabaron, Doris finalmente se quedó sola con sus pensamientos. Se atrevió a desafiar a William a que mostrara su cara solo para poder darle un pedazo de su mente. No tenía derecho a anunciarla como su dama sin preguntarle si siquiera quería serlo....