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#Chapter 128 Promesas de sangre

Doris sentía como si su cuerpo ya no le perteneciera. Se inclinó hacia su toque cuando debería haberlo apartado de ella. No pertenecía a nadie, nunca lo haría. Entonces, ¿por qué no podía decírselo? Su corazón la traicionaba, pero no tenía la mente para enojarse por ello.

—Respóndeme —exigió él. Do...