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#Chapter 125 Una promesa de sangre que tranquilizará la mente.

Algunos jadeos se escucharon entre la multitud, Doris se alegró de no unirse a ellos. Todas las cabezas se volvieron para mirar a William y la mayoría lo miraba como si fuera la suciedad en la suela de sus zapatos. Parecían listos para desatar su ira acumulada y Doris al menos se alegró de ver que n...