Read with BonusRead with Bonus

#Chapter 121 Un escape espantoso.

Doris no podía ver a Enzo, pero su voz era toda la confirmación que necesitaba. Doris agarró los barrotes de su celda.

—Enzo, ¿estás bien? —dijo Doris en voz baja. No tenían mucho tiempo antes de que ese chico alertara a alguien del cambio de turno. Probablemente ya estaban en camino y cada respiro...