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¡TE HAS CORRIDO EN MÍ!

Ann gimió con más fuerza al ver que todo su esfuerzo por quitar las manchas de su vestido había sido en vano. La bebida que Silver había derramado sobre su vestido había mojado su pecho y el contorno de sus senos se revelaba visiblemente a través de la tela.

—¡Mierda! —maldijo enfadada.

—Relájate,...