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Capítulo treinta y tres

Logramos adormecer a Trixie mientras estaba envuelta en sus alas. Usó mucha energía estando tan alterada. Afortunadamente, los suaves ronroneos de Goliath y mi tarareo la relajaron lo suficiente como para que sus alas y demás se retrajeran. Actualmente estamos en nuestra habitación, yo acostado a su...