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SESENTA Y CINCO

RAFFAELE

El agotamiento de la esperanza perdida me estaba desgastando lentamente, físicamente, y sin embargo, me esforzaba por mantenerme despierto y sujetar su mano. Finalmente, el sueño ganó, llevándome al lado de su cama.

Amadeo vino una vez, pidiéndome que me fuera mientras él esperaba, pe...