Read with BonusRead with Bonus

SESENTA Y TRES

CELESTIA

Quince millones, aunque para algunos era una fortuna, nunca serían suficientes para Kyla. De alguna manera, nunca pude referirme a ella con su nombre completo —Donovan— porque no lo merecía.

Un suave golpe en la puerta captó nuestra atención colectiva mientras uno de sus secuaces armad...