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CINCUENTA Y CINCO

RAFFAELE

Tres días después.

Esta era la quinta—¿o sexta?—noche que pasaba con Celestia durante toda su estancia y me despertaba con ella en mis brazos. Ahora se sentía completamente cómoda en mi presencia, y sentía que uno de los mayores triunfos de mi vida era que sus grandes ojos oscuros me...