Read with BonusRead with Bonus

CINCUENTA Y TRES

CELESTIA

El viaje en limusina fue tan magnífico que todo lo que hice fue sonreír y reír como una niña que visitaba Disneyland por primera vez. Ese tipo de experiencia que vives con los brazos abiertos y los ojos cerrados porque la felicidad se siente más que se ve o se escucha.

Había emoción, ...