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CUARENTA Y NUEVE

CELESTIA

Esa tarde, después de que Amadeo se fue, reflexioné sobre sus palabras a pesar de saber que no eran lo mejor para mí. Intenté entender a Raffaele, verlo bajo una luz más favorable y no como el monstruo pintado que parecía ser, pero no me trajo más que dolor acumulado.

Raffaele y yo he...