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CUARENTA Y UNO

CELESTIA

—Yo... yo necesito decirte algo primero.

De repente, de pie en medio de esta gran sala, me sentí pequeña. O tal vez los nervios me dominaron. De cualquier manera, estaba completamente desorientada.

Miré al hombre frente a mí, que era guapo en todos los sentidos de la palabra. Y estab...