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VEINTICINCO

CELESTIA

Podía sentir el calor de la mañana mientras el brillante sol se colaba en la habitación, pero estaba demasiado agotada para siquiera levantar los párpados. Un gruñido gutural salió de mi garganta mientras me retorcía de un lado a otro para evitar cualquier tipo de luz.

El suave murmu...