Read with BonusRead with Bonus

VEINTITRÉS

CELESTIA

Lila y yo nos quedamos en el jardín por quién sabe cuánto tiempo. Decidimos sentarnos un rato más mientras veíamos el atardecer juntas. Me asombraba completamente cómo cosas tan simples como las flores y los atardeceres emocionaban a Lila. Incluso después de haber sido sometida a realidade...