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Capítulo sesenta y siete: El suyo

Si pensaba que las salas de espera eran terribles con su decoración cursi, sillas incómodas y constante aburrimiento, la habitación del hospital era diez veces peor. Quería irme hace dos días cuando el doctor me dio de alta de cualquier lesión que amenazara mi vida, recomendándome mucho descanso y u...