Posesión

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Rush deslizó su mano bajo la camisa de dormir de Eva desde atrás. Habían llegado a casa solo unas horas antes.

Después de cenar y pasar un rato juntos, se fueron a la cama. Pero el sueño definitivamente no era su amigo en estos días. Aunque no había momentos incómodos entre ellos, aún sentían la pé...