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Inspiración pecaminosa

—¿Puedo entrar? —preguntó Tamera tímidamente desde la rendija de la puerta de la oficina de Eva.

Eva la hizo pasar y la observó caminar con vacilación hasta su asiento—. ¿Por qué andas de puntillas a mi alrededor?

—Porque no sé en qué humor vas a estar.

Eva entrecerró los ojos—. NO tengo cambios ...