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Confrontación

La mente de Alaric estaba a mil por hora cuando llegaron a su casa. Ella lo miraba con ojos desorbitados pero no decía nada. Él se pasó la mano por el cabello.

—¿Ibas a decírmelo?

Ella tartamudeó:

—Y-Yo iba a decírtelo antes de que me llevaras con tu hermana, pero no querías escucharlo.

Él maldi...