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La posada

—¡Vengan, damas! ¡Tenemos todo lo que necesitan para que su belleza florezca una vez más! —Sara miraba desde la distancia al hombre que gritaba molesto en el mercado, tratando de persuadir a las mujeres para que compraran su extraña mercancía. Lo único que la hizo detenerse y molestarse en mirarlo f...