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Celos

—¡Ven a alimentarte! —Rima miró a Henry con asombro e incredulidad, perpleja por qué le estaba pidiendo que se alimentara del hombre que se retorcía y forcejeaba en su agarre, tratando de liberarse de las garras humanas, sus brazos amputados se disolvían en cenizas mientras nuevos se formaban, la ba...