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Historia de la hora de dormir

—¡Está bien! —suspiró Eren cansadamente cuando Sara se negó a moverse—. ¡Pero no pienses ni por un segundo que estás engañando a alguien! Sé que estás despierta.

Eren miró a la chica acostada en su cama. Tenía tantas cosas en mente, como recibir y discutir con los invitados de los otros imperios y ...