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Ni en un millón de años

—¡No!—Emergiendo de las sombras justo antes de que la mano de su amada tocara la sucia mano del hombre a quien consideraba como un padre, Eren la jaló hacia su pecho desnudo sin piedad antes de envolver sus brazos alrededor de ella sin delicadeza ni consideración por su estado tembloroso. De hecho, ...