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La tormenta

Sara abrió los ojos lentamente y miró con confusión el lugar en el que se encontraba, preguntándose cómo había llegado allí. Estaba casi segura de que se había desmayado en su habitación después de mirarse en el espejo. El niño Dios no estaba allí, pero había algo más. Sintió como si el suelo hubier...