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No hay otra manera

Era todo... ¡surrealista! Y, sin embargo, tan agridulce...

Eren miró hacia abajo a la chica que dormía sobre su pecho, su hermoso rostro marcado con cicatrices que contaban mucho sobre la cantidad de dolor y agonía que esta frágil chica había sufrido, su cara, cansada con ojeras alrededor de sus oj...