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Elecciones dos

—¡Cállate!— grité a la ilusión, mi voz reverberando por el espacio como un trueno furioso.

Me giré abruptamente hacia Perseo, respirando con dificultad, y sin dudarlo, levanté la mano y le di una bofetada en la cara. El sonido agudo del impacto resonó en el lugar, mi Alfa abrió los ojos, sorprendid...