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La voz de la razón

Se sentó en el suelo del dormitorio y repitió sus palabras una y otra vez en su mente. Consideró cuántos sueños perversos había tenido con él y lo nerviosa que la ponía saber que él había tenido los mismos pensamientos.

—Eres una mujer adulta, Famke. Te has negado a ti misma durante demasiado tiemp...