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Capítulo treinta y dos

Isha entró en su habitación con un hermoso ramo de rosas blancas. Al dárselo, Isha se acomodó en el sofá. Ella lo olió. La habitación ya estaba llena de ramos de diferentes tipos de rosas.

—¿No es demasiado temprano? Esta vez esperaba rosas azules. Ya tengo rosas blancas —sonrió pensando en Liam, q...