La mafia y su ángel roto

«Ángel, eres mío para quebrar, mío para sanar. Nada puede salvarte de mí excepto yo». Dijo como un loco.
«Una cosa rota que no se puede reparar no se puede curar, solo se puede aplastar». Ella soltó una carcajada sin sentido del humor.
Estaba herida, dañada. Pero nunca perdió su fe en Dios. La dura vida la obligó a hacerse fuerte. Es extremadamente testaruda. Pero, al mismo tiempo, era desinteresada e inocente como un ángel. En lo profundo de ella, era un alma pura que ansiaba el amor verdadero.
Pero era intimidante, despiadado. Amabilidad era una palabra extraña para él. Su mundo gira en torno a la crueldad, la violencia y el derramamiento de sangre. Obtiene lo que quiere. El amor era una emoción sin valor para él que solo debilita a las personas. Le gusta cuando la gente le teme y cuando la gente le ruega por su misericordia. No confía en nadie y castiga a los traidores peores que la muerte.
¿Qué pasará cuando la mafia, el diablo, se encuentre con este ángel roto? Su camino será duro y escarpado. ¿La romperá más de lo que es o la curará?