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Capítulo 11

Giovanni

Todavía podía saborearla en mi lengua y maldita sea, era dulce. La cosa más jodidamente dulce. Podría quedarme enterrado entre sus muslos durante horas sin salir a tomar aire. Me estaba volviendo adicto, hambriento de más. Ella era la droga que necesitaba para sobrevivir. Mi polla se estre...