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Treinta y tres

Al principio, era vago, el nombre. Ni siquiera recuerdo la noche a la que se refiere, pero con un pensamiento profundo, hice la conexión. Mientras mi mano se extendía en un gesto, un suspiro de incredulidad escapó de mis labios.

—Eres —di un paso atrás, otro suspiro cayendo—, la amiga de Grace.

—E...