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Capítulo noventa y cinco

Milana se giró de lado y miró a los ojos de Kelley. Estaba asombrada de ver la calidez en ellos e intrigada por cómo podía parecer tan frío cuando también existía este otro lado de él. Su mano acarició su mandíbula, sintiendo la barba en su barbilla y sus ojos se cerraron. Kelley inhaló bruscamente ...