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Capítulo ochenta y dos

Los días pasaron rápidamente y antes de que Milana se diera cuenta, ya era viernes por la noche y estaba en su habitación con el increíble vestido verde. Se giró al escuchar un golpe en la puerta.

—Adelante.

Kelley se detuvo al verla. El vestido realmente era asombroso. Milana podía verlo en sus o...