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Capítulo cincuenta y cuatro

Kelley se rió ante la pregunta de Mason. No le contaba mucho a Lee ni a Mason sobre en qué estaba ocupado, pero se lo diría a Mason antes que a Lee. Kelley negó con la cabeza.

—¿Estás loco? Lee probablemente me patearía el trasero si supiera sobre esto. Es mejor pedir perdón que pedir permiso, Maso...