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Capítulo ciento cincuenta

Kelley permaneció sentado en la mesa y observó a Sylvie mientras ella salía por la puerta, aferrando su tarjeta de presentación en la mano. Ya sabía que la tendría en la cama al final de la noche si así lo deseaba. Tal vez Arlo tenía razón, necesitaba seguir adelante y olvidarse de Milana. Técnicame...