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74. Verdaderos amigos

La figura seductora de Arabella, recostada sobre el lecho de follaje, era la visión más erótica que Alexander había visto en su vida. Su respiración suave, sus ojos entrecerrados y sus labios entreabiertos eran tan invitantes que incluso un corazón de piedra se habría derretido y sucumbido a su enca...