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Capítulo 12

Ryland apretaba el volante con fuerza mientras conducíamos a casa. No podía sentarme cómodamente.

—Dios, ¿qué están haciendo? —gimió Ryland, haciéndome mirarlo. Su hombría estaba erecta como si fuera a estallar.

Ryland extendió la mano hacia la mía.

—¿Qué estás haciendo? ¡Ojos en la carretera!

—...