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56: Gatos

Lucien

Tristan no era una persona mañanera. De hecho, nunca la había visto de tan mal humor. Afortunadamente, en cuanto se subió al coche, se acurrucó contra el asiento y, después de unos minutos de conducir, se quedó dormida. Desafortunadamente, cuando finalmente nos detuvimos en el estacionam...