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Una triste excusa

Carrie

Por un minuto, el aire se detuvo y los hombres intercambiaron miradas de ruinas. La mano de Alessandro seguía en el aire porque Gary se negaba a soltarla. Y yo estaba en medio de ese inminente desastre, sin saber qué hacer.

Pero, segundos después, mi urgencia por orinar aumentó y se con...