Read with BonusRead with Bonus

Capítulo 37 Una patada para llorar

—James, ¿puedes decirme qué pasó? —pregunté, masticando mi brocheta y acercándome a él.

—Siéntate y come bien —dijo Brad, tirándome de vuelta a mi asiento.

Brad no comió mucho; principalmente se ocupó de mí, dándome servilletas y pelando camarones, haciéndome sentir muy cómoda.

—No, quiero escuch...