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Capítulo 279: El águila

Rafael me vio esquivando como un ninja y luego sentándome toda recta y correcta, y simplemente no pudo contenerse.

—Jane, ¡pareces una colegiala! Sentada ahí toda derecha con las manos detrás de la espalda, es hilarante.

Me miré a mí misma: espalda recta, rodillas juntas, manos entrelazadas detrás...