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¿Te gusto?

Aparentemente, Aatos había tenido suficiente porque, sin previo aviso, hundió sus colmillos profundamente en el hombro de mi Lobo, en el lado opuesto al que me había marcado. Mi Lobo aulló de placer mientras Aatos enviaba violentas oleadas de excitación a través de su cuerpo.

No podía pensar más al...