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MxM

Un fuerte rubor de vergüenza y sorpresa recorrió mi cuerpo por mis acciones, y me solté. Murmuré:

—No... yo...

Aatos se levantó, sus pantalones descansando en sus caderas, su excitación aún en la mano, y caminó hacia el sofá para sentarse a mi lado. Su cercanía hacía difícil que pudiera pensar con...